En el contexto colombiano, hay un gran vacío en la formación en tecnología: se nos suele formar como usuarios de dispositivos y tecnologías, y en general se busca estandarizar esta formación. La perspectiva crítica y transgresora que supone otro tipo de acciones tecnológicas, como las mencionadas acá, está supeditada a espacios alternativos y divergentes, y se convierten en apuesta política contrahegménonica de los sistemas sociotécnico imperantes.

Idea clave del texto: asociar el diseño más a los movimientos sociales, y menos al Gobierno y a las corporaciones, para así asegurar mayor justicia, representatividad y resistencia.

Desde una perspectiva más amplia, es muy evidente que discursos como el de la innovación y el emprendimiento están subsumidos en una lógica neoliberal que básicamente reproduce sus presupuestos: se reproduce la idea de que cualquier persona puede ser "exitoso", emerger económicamente, solo requiere voluntad. Sin embargo, la crítica a estos postulados radica en la misma realidad que los hace posible: si no hubiera tanta desigualdad, si las personas tuvieran las mismas condiciones de realización, no se requería explotar la idea del emprendimiento y la innovación, que básicamente son la excepción a la regla.

La justicia en el diseño, incluso cuando emerja intencionalmente desde la resistencia social de grupos sociales históricamente invisibilizados, puede seguir reproduciendo sistemas de dominación. Igual que sucede en ámbitos o prácticas sociales más amplias.

En contextos como el latinoamericano y el colombiano, donde un importante porcentaje de la población tiene dificultades económicas, es posible asegurar que muchas prácticas tecnológicas son intencionalmente invisibilizadas para asegurar su continuidad y uso. Sucede, por ejemplo, con el software licenciado o la distribución de contenido protegido (copyright) a través de canales no autorizados: las personas acudirán a su uso a través de copias "piratas" que les permitan operar en distintos contextos (profesionales, educativos, personales). Este fenómeno se acentúa por la imposición neoliberal, en múltiples ámbitos, de software comercial y de contenidos que no circulan en acceso abierto: hay una suerte de acuerdo tácito en el que el bien colectivo predomina sobre los intereses privados (en este caso, corporativos o autoriales). Es un debate que excede con creces la cuestión de si es ético o no un hackeo de un producto licenciado.

En contexto como el latinoamericano y el colombiano, la desigualdad en el conocimiento sociotécnico cobija a gran parte de la población; la brecha no está circunscrita a una cuestión solo étnica o de género, sino que cobija a un grueso de la población que no cuenta con espacios de formación que permitan la irrupción de conocimientos tecnológicos o diseños otros. El debate de la justicia social en un contexto tecnológico neoliberal debe ser amplificado.

La idea de "hackear" tiene un sentido político que va más allá del dominio tecnológico. No solo se trata exclusivamente de "desencriptar", de saber manipular un sistema que, por su complejidad, está "vetado" para el ciudadano común, sino de hacerlo con un sentido social, político, contrahegemónico. Se remarca la oposición al neoliberalismo tecnológico, donde se máxima el individualismo, la competencia y la injusticia.

Idea clave: ir de los hechos y los datos al concepto. Los datos densos que se interpretan en la investigación conducen al procedimiento de la "conceptualización".

Es clave esta idea, porque la experiencia vital del investigador es fuente misma desde la que se enuncia el diseño investigativo, y eso pasa también por sus acciones profesionales, estudios previos, intereses personales. En este sentido, la investigación también está atravesada por la enunciación de posturas o argumentos autorreferenciales y datos empíricos extraídos de la propia realidad del investigador.

Esta categoría de "contexto conceptual" de algún modo es equiparable a la de "marco conceptual", pese a que en este mismo texto se vincule este última más a investigación de corte cualitativo. Más allá de su diferencia o similitud, la idea clave es entender que la investigación con diseño flexible parte también de un entramado conceptual y teórico desde el cual se amparan los objetos o fenómenos de estudio, las preguntas, los propósitos. En este sentido, pese a que la intención de la investigación cualitativa es descubrir algo que no está aún claro o suficientemente estudiado, no parte de un vacío conceptual, sino que una acción fuertemente condicionada por miradas (inter)disciplinares que el sujeto investigador privilegia.

Idea clave del diseño flexible en la investigación cualitativa: lograr el equilibrio necesario entre el carácter transitorio de lo que se proyecta o se espera y la solidez de las propios propósitos, preguntas y marcos conceptuales. Lograr atisbar un camino posible, seguro, pero a la vez dejar abierta la posibilidad de encontrar nuevas ramificaciones e itinerarios, conforme los propios avances del proceso investigativo.

Esta es una de las características centrales de un diseño flexible en términos epistemológicos: su naturaleza inductiva. Los datos, recabados a través de propósitos, preguntas y métodos muy concretos, son analizados y triangulados sistemáticamente. El resultado no es otro que el de la producción de teorías y conceptos, como modos de abstracción de un fenómenos y problemas.

Metáfora para la definición o conceptualización de la investigación cualitativa: no se trata de un tipo de investigación unívoco, estructurado, totalmente delimitado, sino de múltiples tradiciones con puntos en común, pero también sus singularidades. Clave, en este sentido, al ubicar una investigación en el paradigma cualitativo, saber también defender sus singularidades en las "rayos de la sombrilla", sus encuadres en regiones epistemológicas y conceptuales particulares.

Idea clave: naturaleza inductiva del diseño flexible

Diseños estructurados vs. diseños flexibles: mientras que los primeros suelen partir de hipótesis que buscan comprobarse y se encuadran en marcos científicos y disciplinares bastante sólidos, los diseños flexibles adquieren un carácter más inductivo y exploratorio, apuestan por diseñar caminos posibles que orienten la investigación, pero en todo caso abiertos a la sorpresa y la transformación; los datos que se recogen en la investigación de este tipo conducen a la conceptualización (los conceptos son abstracciones de los datos y la realidad).

La perspectiva del "micropoder" de Michel Foucault permitiría problemetizar las microagresiones como muestras del poder institucional en espacios y prácticas sociales muy localizados. Un poder que se extiende y se fortalece en múltiples resquicios, incluso logrando pasar desapercibido, aunque no por ello minimizando su capacidad de control, influjo y dominación sobre los sujetos.

Este tipo de preguntas lleva a problematizar o desvelar el carácter político que se esconde también en las plataformas e infraestructuras tecnológicas, enteniendo lo político también con las acciones y decisiones que operan y condicionan el marco de lo real.

Llama la atención el caso de Javier Milei en Argentina y la "depuración" de gran número de mininsterios, cada uno de los cuales responde a un lucha social en el marco histórico. O la recién prohibición del uso del lenguaje inclusivo en comunicados oficiales, como si el lenguaje se pudiera vetar. Antes que superarse el estilo Trump, pareciera ganar cada vez más adeptos en el Latinoamérica, como se evidencia, además, con el gran respaldo que Bolsonaro tiene en Brasil o con la reelección de Bukele en El Salvador.

Muy estratégico poder pensar este texto final como un esbozo del diseño metodológico de la investigación.

Me parece clave poder desarrollar esta idea del prototitpo no digital, pues es cierto que muchas prácticas de lectura, escritura e investigación no necesariamente tienen un registro digital (por ejemplo, las anotaciones etnográficas, las lecturas en papel, los apuntes de clase, etc.). Sin embargo, la potencia de estos modos de registro e investigación implican también su inserción en un ecosistema digital.

Muy interesante seguir ahondando en esta visión de la escritura, que la concibe como un código que se inserta en múltiples espacios sociales y tecnológicos, superando la visión clásica la escritura como un mera "fijación tipográfica", heredera de los avatares de la cultura impresa.

Me parece muy potente la idea de "armar" el ecosistema de herramientas tecnológicas y de diseño que permitan el desarrollo de la investigación y la práctica de escritura, saliéndose del convencionalismo del texto fijado como producto, para pensar en el texto como una construcción procesual y mediada por lo tecnológico.

Es clave esta comprensión ampliada del proceso de investigación y escritura: una perspectiva que se pregunta por el proceso, si se quiere, tecnológico que acompaña la investigación. Muy en la línea de los cursos de MAI anteriores, que hicieron mucho énfasis en cómo la investigación se fortalece cuando se apoya en software, herramientas digitales y, en general, mediaciaciones tecnológicas.

Me parece clave poder desarrollar esta perspectiva u orientación, pues en general la investigación y la escritura se ven potenciadas cuando hay apuestas inter- y transdisciplinares, cuando se ponen en diálogo saberes y metodologías. También clave porque en comunicación los diseños de investigación se alimentan de múltiples saberes y disciplinas (las ciencias sociales, las ciencias humanas, las teorías de la información y la comunicación, la lingüísticas, teorías de medios y mediaciones, etc.), de ahí que hacer conciencia de la naturaleza "ecléctica" de la propia investigación haría posible potenciarla.

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