Como hipótesis provisional sostengo que la dependencia de formas de racionalidad y análisis logocéntrico de larga data sigue siendo fundamental para la producción académica crítica (¡incluyendo este libro!) y que, a pesar de su notable productividad, tiene consecuencias para ir más allá de las ontologías dualistas. Para desarrollar esta hipótesis, aunque de forma rudimentaria, comienzo recordando el argumento de Varela y sus colegas sobre los límites de la racionalidad abstracta y su insistencia en unir la reflexión y la experiencia. Esto es precisamente lo que trató de hacer la fenomenología; sin embargo —argumentan Varela, Thomson y Rosch— no pudo contestar, completamente, las preguntas radicales que planteaba. ¿Por qué? Su respuesta es relativamente simple pero las consecuencias son de largo alcance. La fenomenología se estancó, precisamente, porque su análisis de la experiencia sigue estando “dentro de la corriente principal de la filosofía Occidental [...] hizo hincapié en el contexto pragmático y encarnado de la experiencia humana, pero de una manera puramente teórica” (Varela et al. 1991: 19). ¿Puede esta afirmación17ser aplicable a la teoría social en su conjunto, tal vez incluso a aquellas tendencias que problematizan sus dualismos estructurantes?
[...] [...] Lo que esta formulación quiere transmitir es que la reflexión no es sólo sobre la experiencia; la reflexión es una forma de la experiencia [...] Cuando la reflexión se hace de esa manera puede cortar la cadena de patrones y percepciones habituales de pensamiento para que pueda ser una reflexión abierta a posibilidades distintas de las contenidas en la representación actual que tenemos del espacio de la vida
Quizás se requieren materialidades nuevas para romper estas lógicas que hacen academia crítica desde los logos, métricas y formas de la academia clásica. En ese sentido la experiencia, que está en el centro de lo hacker, artítistico y activista es clave, pues enactua en discursos no siempre logocéntricos. Es decir, esas reflexiones (usualmente escritas) que son también una experiencia, atravesadas por otras materialidades que dan cuenta de ellas pueden ayudar a deconstruir su expresión logocéntrica.