Los niños y las niñas extraen del psiquismo de los adultos elementos psicoculturales que utilizarán a su manera en su propio proceso de construcción interna.

El humano se construye del humano. Gracias a la otredad, la función fundamental del lenguaje de reconocimiento reciproco de psiquis a psiquis entra en un despliegue dialéctico.

Desde el vientre la madre y el niño construyen un vínculo: * El olfato y el tacto permiten leer informaciones más allá de las fronteras corporales creando así vínculos afectivos con la madre. * La relación con el otro- al crear al otro en el mundo del bebé en este caso para el bebé su madre será ese primer contacto en la construcción de significados.