he considerado tres formas de sostenimiento comunes en el mundo del software abierto: dar cursos o soporte de usuario personalizado, o recibir donaciones para el mantenimiento de la base de código o la inclusión de nuevas prestaciones y cualidades al sistema. Todas estas opciones tienen como finalidad que el sistema pueda ser gratuito y a la vez reconozca el trabajo —endemoniado, si se quiere— de organizar una infraestructura de las humanidades digitales.
En el caso de Grafoscopio, que ha sido y sigue sosteniéndose principalmente gracias a las economías de los afectos y cuidados, la sostenibilida económica y de código ha ocurrido en tres frentes:
- Lo uso para consultorías adaptándolo a necesidades de nuestros clientes. El código resultado queda libre y las narrativas de datos son del cliente.
- Lo uso para proyectos educativos e investigativos, tanto en la universidad, como en el hackerspace y otras comunidades de base.
- Aplico a becas que implican la mejora de Grafoscopio, su documentación y adaptación de funcionalidades.
Las dos primeras han sido fuentes más constantes de mejoras y este año el software cumple su primera década desde el primer commit, transformándose junto con la infraestructura subyacente en la que está basado.