A su vez, los algoritmos y procesos computacionales son una continuación natural de la lectura y la hermenéutica: usar una barra de búsqueda en un explorador complementa recorrer los pasillos de una biblioteca, establecer categorías y ficheros virtuales permite establecer relaciones hiper/intertextuales entre obras, etc.
Me parece interesante la contrapostura de Tudor Girba y los desarrolladores del Glamorous Toolkit respecto a hacer sentido del código sin leerlo, al menos no como prosa, sino, por el contrario, usando visualizaciones y consultas debido a su caracter altamente estructurado.
Lo digital en conexión y extensión con lo análogo me recuerda proyectos como Hypercard in the world de Bret Victor y su equipo donde literalmente lo digital y lo análogo están en ese diálogo y usan el ejemplo del catálogo y la biblioteca como lugares prominentes y ejemplares de tales conexiones.
Desafortunadamente, con la computación complicada y "separatista"/enclaustrado de hoy en día las tradiciones análogas y digitales se ven en contraposición más que en complemento (unas habitando la pantalla y otras por fuera, sin vínculos evidentes).