Los participantes de las comunidades de humanidades digitales deben aportar a ellas y no solo beneficiarse del trabajo de otros sin retribución. Bajo la propuesta que construí aquí, el ideal de una comunidad de práctica como sistema cibernético es la construcción de una deriva estructural, es decir, la posibilidad de la exploración de un espacio de posibilidad que sea conciente de las ganancias y aprendizajes pasados. Una evolución, si se quiere, en el sentido de una fijación de rasgos adaptativos creativos basados en la historia previa. Para que esto suceda, es necesaria alguna forma de continuidad, incluso en el modelo de comunidad de prácticas. Este libro digital puede verse como un intento, siguiendo el propósito humanista de la conservación de la memoria, de aportar a esa continuidad.
Sería valioso politizar de manera evidente esta postura. ¿Cómo ocurre la reciprocidad desde la generación de bienes comunes y cómo ellos a través de cosas como el licenciamiento garantizan aperturas comunicantes y agrietamientos institucionales que permitan sostenibilidad genuina más allá de los modelos extractivistas neoliberales a los cuales la academia está también sometida.
Reflexiones como las de Dmitry Kleiner con sus espectros de licenciamiento, Michael Bauwens con las reflexiones de producción entre pares y Nadia Eghbal sobre la sostenibilidad del software libre y sus crisis, pueden ilustrar este caracter más concreto de la reflexión a la que invitaría.
Licencias explícita ayudan a percibir una reflexión más detallada y granular sobre el sostenimiento de esa deriva estructural y por ello sería bueno colocarlas a esta tesis.